sábado, 20 de julio de 2013

Acueducto Independencia: Sonora en vilo por el conflicto del agua




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Acueducto Independencia: Sonora en vilo por el conflicto del agua
Intereses políticos interfieren en el abasto del líquido
Por Ramón Cota Meza / Dossier Politico
Dia de publicación: 2013-07-19
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Basta un dato para inferir motivaciones ocultas de los inconformes de Cajeme con el Acueducto Independencia: el volumen de agua trasvasada de la presa El Novillo al ducto equivale al 2.25% del escurrimiento anual promedio del río Yaqui, más o menos el mismo porcentaje que el río desfoga al Golfo de California cada año. El trasvase no mermará la agricultura de este fértil e inmenso valle. ¿Cuáles son las causas del conflicto? He aquí la historia:
La oposición a la obra empezó antes de que el gobernador Guillermo Padrés Elías hiciera el anuncio oficial de su construcción en junio de 2010. Tres meses antes, Adalberto Rosas López, miembro fundador del “Movimiento Ciudadano por el Agua”, había propalado el infundio de que la construcción escondía la intención de “privatizar la administración del agua a favor de Carlos Slim” (Dossier Político, 16/03/10).
Cuando los enviados de Padrés Elías y finalmente Padrés mismo llegó a negociar con los agricultores, la inquina ya estaba sembrada en un terreno abonado por décadas de resentimiento político con los políticos de la capital, Hermosillo, por considerar que éstos acaparan los recursos públicos en perjuicio de Ciudad Obregón, cabecera municipal de Cajeme. La rivalidad de algunos cajemenses notorios con políticos y empresarios de Hermosillo ha engendrado odios rancios que ahora se mezclan con ambiciones políticas y económicas.
La oferta de Padrés
Padrés ofreció a los agricultores y ejidatarios de Cajeme pagar el consumo de agua doméstica de todos los cajemenses por vida, 500 millones de pesos para rehabilitar los canales del distrito de riego, pagarles cada cosecha al doble y bonificarles 10 mil pesos por hectárea regada cada año (no especificó por cuánto tiempo). La oferta fue rechazad y Padrés fue advertido de que ellos, los agricultores, ya habían “tumbado a otro gobernador” (Vanguardia, 20/03/13).
Entonces Padrés tronó y denunció a Ricardo y Rodrigo Robinson Bours (hermanos del ex gobernador del mismo apellido), al alcalde Rogelio Díaz Brown y a los ejidatarios ricachones Juan Leyva Mendívil y Aquiles Souque Brito como los instigadores de la oposición. Reveló también que los administradores del distrito de riego (encabezados por Leyva Mendívil y Souque Brito) cobran seis millones de pesos al año solo por conducir el agua de uso doméstico de Cajeme.
El alcalde priísta Díaz Brown, electo hace un año con 63% de los votos, ha llamado a “Detener el robo de agua de la presa El Novillo… O nos quedamos cruzados de brazos o damos la pelea hasta el último aliento” (@rogeliodbr). Díaz Brown fue distinguido en marzo pasado como uno de los mejores alcaldes de México por la Federación Nacional de Municipios (del PRI) a solo siete meses de gestión y sin haber mostrado su capacidad todavía, lo que ha suscitado la sospecha de que el partido lo perfila como su próximo candidato a gobernador.
La crisis de agua
Hermosillo vive una crisis de agua desde 1996. Desde entonces se han intentado paliativos que han terminado por aumentar la escasez. La presa Abelardo L. Rodríguez, que abastecía a la ciudad con agua del río Sonora, está completamente seca ahora. Una avioneta aterrizó de emergencia en el vaso a fines de abril pasado. Otras tres presas construidas en la misma cuenca en los últimos años están casi secas. Solo queda el agua de los pozos, en proceso de agotamiento y salinización. La Universidad de Sonora experimenta cultivos tolerantes a la sal en la Costa de Hermosillo.
La idea de llevar agua a la capital desde El Novillo ya había sido considerada por los gobiernos de Manlio Fabio Beltrones (1991-1997) y Eduardo Robinson Bours (2003-2009). El gobernador intermedio, Armando López Nogales, propuso desalar agua de mar pero fue tajantemente rechazado por el PAN bajo la sospecha de que el proyecto escondía el propósito de hacer grandes negocios privados, así que los paliativos continuaron.
La crisis de agua se ha agravado por el acelerado crecimiento y la industrialización de la ciudad. Esta transformación ha ido acompañada de grandes obras de infraestructura y una retórica política grandilocuente que han atizado el resentimiento de los agricultores de Cajeme con la capital. La evidencia de obras mal planeadas y más costosas que lo calculado han fomentado la sospecha de que Padrés y aliados se sirven con la cuchara gorda de la corrupción. El estilo bronco del gobernador atiza la irritación hasta de sus aliados en el conflicto.  
La tensión se puso álgida en ocasión de la Serie de Beisbol del Caribe hace seis meses, cuando Hermosillo se vio invadido por aficionados cajemenses que fueron a apoyar a su equipo, Yaquis de Obregón. ¡Tuvimos que venir a inaugurarles su estadio!, exclamaban, y los aficionados hermosillenses respondían: ¡Nosotros les quitamos el agua! El gobernador Padrés decidió que era mejor no aparecer en el flamante estadio ni por casualidad.       
La querella de los pueblos yaquis
El conflicto por el agua reactivó la vieja demanda yaqui por cobrar la deuda histórica de agua de la presa La Angostura, río arriba de El Novillo. La deuda es la siguiente: 50% del agua de La Angostura corresponde a los yaquis por decreto del presidente Lázaro Cárdenas, pero el canal de desvío no fue construido sino hasta 1952, diez años después que la presa empezó a operar.
Además, el canal solo tiene capacidad para transportar la tercera parte del agua correspondiente. El volumen restante se desvía hacia el distrito de riego de la margen izquierda (sur) del río Yaqui, es decir, hacia las tierras de los yoris (agricultores blancos) y ejidatarios poderosos. El distrito de riego yaqui tiene 22,500 hectáreas y el distrito yori tiene 225,000 (Alex Valenzuela, Vícam Switch).
La problemática agrícola de los pueblos yaquis es muy compleja y se cuece aparte, pero se traslapa con la agricultura yori. Por diversas causas económicas, técnicas, políticas y culturales, la mayoría de los yaquis renta sus tierras a los yoris, quienes a su vez los emplean como jornaleros. La combinación del rentismo con el trabajo asalariado ha mejorado el ingreso de los yaquis pero ha probado ser fatal para la cohesión de la tribu.
Las iniciativas del gobierno federal para rehabilitar la agricultura de los pueblos yaquis han fracasado por desorganización de la tribu. Un programa de la Comisión Nacional de Agua de 1994 no se pudo realizar por falta de personal para administrar los recursos financieros. Un programa de 2003 fracasó a causa de las divisiones tribales (Derechos, usos y gestión del agua en el territorio yaqui, Gustavo Luna Escalante, Colson, 2007). Los voceros yaquis del bloqueo carretero no son autoridades tradicionales y han sido desautorizados por sus gobernadores (cobanaros).
El amparo de la Corte a favor de quejosos yaquis ordena respetar su derecho de audiencia respecto de la deuda histórica de agua, pero no tiene nada que ver con el conflicto por el acueducto.
Dilema político, pleitos de familia
El gobernador Padrés asegura que el presidente Peña Nieto ve el acueducto “con buenos ojos”, pero éste no se ha pronunciado. Una decisión o declaración suya a favor de la obra fortalecería al gobierno panista y dañaría la posición de su propio partido en la entidad, muy comprometido en su postura contra Padrés, quien es visto como un adversario peligroso.
 Los números de las victorias electorales de Padrés son elocuentes: en 1997 ganó una diputación local con 61% de los votos; en 2000 ganó una diputación federal con 50.3%; en 2006 ganó un escaño en el Senado con 44.3%, pero ganó la gubernatura con solo 40 mil votos de diferencia contra un primo suyo. El PRI le ha ido cerrando la ventaja y quiere detenerlo.
El acueducto ha dividido a los priístas de Cajeme hasta llegar a los golpes físicos. Se sabe que el ex gobernador Eduardo Robinson Bours riñó con un hermano suyo y con Rogelio Díaz Brown, padre del alcalde, a causa de la obra.
“Para que veas que no somos ningunos agachados y que entiendas que tú ya no eres nadie”, habría dicho Díaz Brown a Robinson Bours, después de darle una golpiza en el restaurante “El Bronco” (Marquesina Política (25/10/11). En la política sonorense todo se cuece en familia.
 

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