miércoles, 24 de julio de 2013

El Dilema de Peña Nieto: Cumplir la Ley o Rendirse Escrito por Alberto Vizcarra Osuna Martes 23 de Julio de 2013 16:37





El Dilema de Peña Nieto: Cumplir la Ley o Rendirse

Escrito por Alberto Vizcarra Osuna   
Martes 23 de Julio de 2013 16:37





La forma en que la SEMARNAT escamotea la  ejecución de la sentencia de la Suprema Corte que favorece a la Tribu Yaqui, con el resolutivo que declara insubsistente el Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA) para la construcción y operación del Acueducto Independencia, refleja la magnitud de las presiones que pesan sobre el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto. SEMARNAT no tiene forma legal de eludir que una obra sin el MIA, no puede construirse y tampoco operar. Por lo mismo, está obligada a ejercer el procedimiento administrativo que detenga la sustracción ilegal de las aguas de la Cuenca del Río Yaqui que realiza el gobernador del estado, Guillermo Padrés.
Sin embargo, con toda la obligación legal y las atribuciones administrativas para hacerlo, SEMARNAT, se resiste a ejecutar la sentencia y procura dilatar el proceso. Al mismo tiempo el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, declara que el gobernador de Sonora, no tiene las condiciones para sostener un diálogo con los opositores al acueducto, y que la secretaria a su cargo tomó la decisión de intervenir para resolver el problema.

La intervención y postura pública del Secretario de Gobernación, pone fuera de la discusión al gobernador Padrés. No obstante la SEMARNAT no actúa para darle cumplimiento a los ordenamientos de la Corte. Es de colegirse que la instrucción para que la dependencia responsable no proceda, viene de la misma Secretaria que preside Osorio Chong. Lo cual refiere que la presión sobre el gobierno federal para que no actúe con prontitud en la aplicación de la ley, no tiene su fuente en el gobierno de Padrés, sino más bien en estructuras de mayor calado, que durante los últimos doce años se terminaron de apoderar de dependencias como CONAGUA, para hacerlas una extensión operativa de sus propósitos privatizadores y especulativos del recurso hídrico.

En atención a esas presiones, el gobierno federal, prefiere empujar una negociación en lugar de hacer valer la ley en contra de las violaciones al Estado de Derecho cometidas por Padrés e impulsar una política de gestión de más agua con la desalación y con grandes proyectos de infraestructura hidráulica como el PLHINO.

Lo más saludable para el país, y para el futuro mismo del gobierno de Peña Nieto, es que ante esas presiones tome la decisión de aliarse con el pueblo, con la Tribu Yaqui y con el movimiento social que en Sonora está reclamando justicia. El gobierno que protege  a los más débiles y vulnerables se hace fuerte, el que sucumbe ante los llamados poderosos se debilita y deja de ser gobierno para convertirse en estructura administrativa al servicio de quienes se han enriquecido a costa del empobrecimiento de millones de mexicanos.

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