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| Respuesta de los Yaquis al gobernador de Sonora | |||||
Pues con la novedad de que el gobernador Guillermo Padrés fue aconsejado ahora por sus brillantísimos asesores, para incorporar a su discurso ciertos toques lopezobradoristas del tipo amoroso. (Ya hasta le andan queriendo cobrar derechos de autor).
Con ello, seguramente le convencieron de que enviara a los aguerridos yaquis una carta, ofreciendo una mano extendida, una voluntad de diálogo y un espacio para la reconciliación, lo cual está muy bien.
Bueno, estaría muy bien, si no fuera porque mientras el gobernador extiende la mano amiga, ordena que con la otra mano se apuñale por la espalda cualquier atisbo de civilidad política.
No es raro. Ha sido la tónica de este gobierno. Mostrar la cara sonriente y amigable, y agarrar a madrazos a la gente. Los ‘Malnacidos’ pueden documentar eso fehacientemente, pero no son los únicos.
Mientras el gobernador sonríe humildemente y ofrece su mano franca (es un decir), en Hermosillo opera toda una campaña de propaganda que no repara en echar mano de conocidos comunicadores locales, para promover el enfrentamiento con el gobierno federal y “los caciques del sur sonorense” q ue le quieren quitar el agua a Hermosillo.
Cito al colega y amigo Alfredo Ochoa, que en su columna de ayer escribió un párrafo dirigido a los colegas que se han sumado a esta campaña gubernamental, en el que palabras más, palabras menos dice: “el gobierno ya agotó su credibilidad, ahora va por la suya”.
La sentencia es impecable. No se le puede agregar nada más. Ahí la dejo.
Y es que la mano amiga de Guillermo Padrés se extiende tierna y amorosa, sus operadores políticos y mediáticos lanzan una fiera campaña que incluye la distribución de volantes como el que ilustra esta columna, y en los que se llama al odio, a la guerra, a la politización del tema del agua.
Así no se puede.
Por eso no es raro que, al llamado del gobernador para abrir el diálogo con los yaquis, la bravía etnia haya contestado en los términos que lo hizo, y que El Zancudo obtuvo en exclusiva, para que usted esté bien informado.
A la mano amiga del gobernador, los yaquis contestaron desde su ancestral tradición de guerra y sobrevivencia, algo que jamás entenderán los asesores del Nuevo Sonora, convencidos como están de que los yaquis no pasan de ser unos indios borrachos y huevones. Y esto es en serio. Así piensan.
Y bueno, El Zancudo, que no es yaqui, pero nació en La Consti también piensa lo suyo. Piensa que el dilema sobre la propiedad del agua, que ha tenido a bien ubicar como el eje de su campaña propagandística el gobierno de Sonora, podría resolverse con aquella vieja jurisprudencia a propósito del campesino que sembró una mata de calabazas, cuyas guías pasaron bajo el cerco y fueron a brotar en el predio del vecino.
Llevados ante el juez de paz, las partes en conflicto por la propiedad de los frutos dieron sus argumentos y el juez determinó que la calabaza, sembrada por uno de ellos, pero nacida en el lote del vecino, era propiedad del vecino.
Entonces el que sembró la mata dijo: “Señor juez. Vamos a suponer, nada más a suponer, porque jamás me atrevería a hacerlo, que yo le meto un dedo en el culo. ¿El dedo es mío, o es suyo?
Y con esos argumentos contundentes, el juez reconsideró la sentencia.
Claro, esto es sólo un episodio para la anécdota, pero los yaquis, que saben mucho de historia y de la vida, son mucho más serios. Por eso, al llamado al diálogo que hizo el gobernador Guillermo Padrés, respondieron en los siguientes términos:
Los suscriptores de la presente, en representación de la Tribu Yaqui nos permitimos responder a su carta fechada en julio 8 del año en curso, como sigue:
Para que el agua no falte en Cajeme y municipios aledaños, Distritos de Riego 041 y 018, así como en las comunidades de la Tribu Yaqui, es suficiente con que respete usted la Ley de Aguas Nacionales y los decretos de veda vigentes que nos reconocen el derecho a utilizar las aguas del Río Yaqui y prohíben su trasvase a otra cuenca. Por ello le pedimos una vez más que deje de extraer agua de la presa El Novillo para llevarla a Hermosillo, atropellando nuestros derechos.
Dice usted que acatará el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. En esas condiciones le pedimos observe y respete el emitido por la Primera Sala de ese Alto Tribunal, confirmando el amparo a la Tribu Yaqui en el expediente 461/2011, mediante el cual se declara insubsistente la resolución en materia de impacto ambiental, lo que impide la operación del Acueducto Independencia al no contar con el permiso correspondiente.
Si realmente desea usted solucionar mediante el diálogo el conflicto que nos ocupa y acatar las sentencias de la SCJN, demuéstrelo obedeciendo la mencionada en el párrafo anterior. En ese condicionamiento estaremos de acuerdo a que una vez que se suspenda la ilegal operación del mencionado acueducto, estableceremos las bases, considerando el lugar y el protocolo que de acuerdo a los usos y costumbres de nuestro pueblo son necesarios para entablar un diálogo con el gobierno.
Queremos recordarle que el tiempo para analizar las alternativas de solución se dio al inicio de su mandato y en las reuniones técnicas que tuvimos se le dieron a conocer infinidad de alternativas que existen en la propia cuenca del Río Sonora para solucionar el problema del agua en la ciudad de Hermosillo. Por ello nos extraña que ahora quiera iniciar un diálogo que usted mismo interrumpió al ejecutar ilegalmente la obra del Acueducto Independencia.
Si las acciones solicitadas son inaceptables para usted nos queda muy claro que su invitación al diálogo no es más que una pose política y una estrategia mediática.
O sea, en lenguaje yaqui: ¿De quién es el dedo?
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