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| Mateo 14:22-33 | |||||
22 Después de esto, Guillermo hizo que sus discípulos subieran a la barca, para que cruzaran el río antes que él y llegaran al otro lado mientras él despedía a la gente. 23Cuando la hubo despedido, Guillermo subió a un cerro, para orar a solas. Al llegar la noche, estaba allí él solo, 24 mientras la barca ya iba bastante lejos de tierra firme. Las olas azotaban la barca, porque tenían el viento en contra. 25 A la madrugada, Guillermo fue hacia ellos caminando sobre el agua. 26 Cuando los discípulos lo vieron andar sobre el agua, se asustaron, y gritaron llenos de miedo:
—¡Es un fantasma!
27 Pero Guillermo les habló, diciéndoles:
—¡Calma! ¡Soy yo: no tengan miedo!
28 Entonces Roberto le respondió:
—Señor, si eres tú, ordena que yo vaya hasta ti sobre el agua.
29 —Ven —dijo Guillermo.
Roberto entonces bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua en dirección a Guillermo. 30 Pero al notar la fuerza del viento, tuvo miedo; y como comenzaba a hundirse, gritó:
—¡Sálvame, Señor!
31 Al momento, Guillermo lo tomó de la mano y le dijo:
—¡Qué poca fe tienes! ¿Por qué dudaste? El Acueducto ya está funcionando y esos pinches yaquis nos las van a pelar.
32 En cuanto subieron a la barca, se calmó el viento. 33 Entonces los que estaban en la barca se pusieron de rodillas delante de Guillermo, y le dijeron:
—¡En verdad tú eres el Hijo de Dios!
II
A estas alturas del partido, no recordaba si fue Maquiavelo o Sun Tzu el autor de la frase “Nunca interrumpas a tu enemigo cuando se esté equivocando”… Claro, luego me cayó el 20 y recordé que en realidad, a quien se le atribuye esa frase es a uno de los chapos más famosos de la historia, mucho más que el Chapo Bours, el Chapo Guzmán o quien esto escribe.
Nos referimos obviamente a Napoleón Bonaparte, un chapo que definitivamente era más cabrón que bonito; tanto, que también cuenta la leyenda que en las batallas usaba casacas rojas, para que, en caso de ser herido, sus soldados no notaran la sangre, no vaya a ser que se achicopalaran.
Ya luego esa leyenda se degradó a chistorete, y en México salieron con la jalada de que algunos gobernantes usan pantalones color café, para que sus ‘fans’ no se atemoricen en caso de que en una situación extrema, perciban que el jefe se ha zurrado… pero esa es otra historia.
El punto es que apenas ayer comentábamos la serie de errores tácticos, políticos, estratégicos, mediáticos que han venido erosionando la credibilidad y la imagen del gobernador de Sonora, Guillermo Padrés Elías, con la esperanza de que sus asesores recapacitaran y ‘en caridad de Dios’ (decía mi Amá) lo devolvieran a la senda de la cordura.
Pues mal terminábamos de sugerir tal cosa, cuando todo el aparato del ‘nuevo sonora’ (en adelante, lo degradamos quitándole las mayúsculas porque de plano ya andan chafeando demasiado) nos sorprendió con otra entrega para documentar el extravío mental en el que flotan los asesores de imagen del señor Padrés.
Desde Huásabas, nos mandan una fotografía del señor gobernador entre las aguas fangosas del Río Yaqui, caminando con panorámica y ensayadísima sonrisa rumbo a quién sabe dónde.
Detrás de él, aparecen tres camarógrafos también con el agua chocolatosa hasta las pantorrillas, grabando tan histórica e inédita escena. Al lado del gobernador va el colega y amigo Humberto Armas Ornelas, mejor conocido como “El Mago”, micrófono en mano, muerto de risa, con los pantalones ‘arremangados’ y también ‘chapalaeando’ el agua del Río Yaqui…
La foto fue tomada de frente, y eso indica que el reportero gráfico ya había caminado entre el lodo varios metros antes que la singular comitiva, de manera que el agua debería llegarle, si es el fotógrafo que estoy pensando, mínimo hasta las nalgas. Quizá por eso la risa del gobernador y El Mago.
III
¿Cuál fue la mente brillante que convenció al gobernador para hacer eso? Lo ignoro.
Lo que sí sé, porque eso se puede documentar en las redes sociales, donde la imagen circuló con profusión, es que si el gobernador mete los pies, con o sin zapatos a las aguas del Río Yaqui y todavía se ríe, manda un mensaje muy feo, considerando dos cosas:
a).- Esas aguas son sinónimo del conflicto más grave que enfrenta el gobierno que encabeza, y que ha sido manejado desde la parte institucional, ‘con las patas’, como coloquialmente se dice.
B).- Hace apenas una semana que aguas más abajo, pero sobre la cuenca de ese mismo río, volcó una pipa con cianuro de sodio provocando una alerta seria sobre la contaminación provocada en la zona.
¿Cuál fue la mente brillante que convenció al gobernador de que era una magnífica idea retratarlo con el agua hasta las rodillas en el agua del Río Yaqui? Lo ignoro.
IV
Lo que sí sé, es que las reacciones en las redes sociales, esas malditas redes que han avasallado a los medios tradicionales, incluyendo radio y televisión, fueron bastante adversas.
Ahí, la conclusión es que quien haya sido el autor de esa idea, cometió un error. Otro.
Pero El Zancudo, que ya se cansa de tanta pinche transa, y también de que los asesores del gobernador no lo tomen en cuenta (jejejeje) cuando les corrige sus errores, mejor pasa a convertirse en aliado de esos asesores.
Digo, si lo que quieren es llevar hasta el extremo del escarnio al gobernador, y ya que no puedo corregir el rumbo que han decidido tomar, opto por sumarme a la encomiable tarea de esos asesores y sugerir algunas ideas para que logren su objetivo más rápida y eficientemente.
Propongo que la siguiente imagen de Guillermo Padrés que se difunda por la Secretaría de Comunicación Social, sea la del gobernador tomando clases en el piso de cemento de un aula de cualquier escuela primaria o secundaria del estado, donde no hay ni mesabancos para que los alumnos tomen clases, mucho menos clima artificial. Eso sí, hay que cuidar mucho los detalles, para que en las calcetas de los escolapios, aparezcan las seis estrellitas del nuevo sonora que adornan los uniformes escolares.
Aquí, el gobernador puede lanzar un risueño y convincente mensaje sobre la Modernización Educativa.
Una muy buena foto también podría ser la del gobernador apretujado en un Bus Sonora, desvencijado, sin aire acondicionado, en hora pico y apretujado entre un centenar de usuarios que regresan de la escuela o el trabajo recreando una viñeta de ‘El Cuarto Reich’, aquella famosa tira cómica del chileno José Palomo.
Aquí, el gobernador tiene la oportunidad de convencer, con su sonrisa y sus palabras, a los usuarios del transporte urbano en Hermosillo, de que sus políticas públicas en ese renglón son históricas e inéditas.
Otra imagen maravillosa sería la del gobernador atendiéndose en una clínica u hospital del sistema de salud sonorense, caminando por los pasillos y brincando a algunos pacientes tirados en el piso porque no hay camas. Eso sería genial para ilustrar la contundente realidad de que en Sonora, contamos con los mejores hospitales de México.
Una última, y ya para despedirnos, sería maravillosa: el gobernador dando el Grito de Independencia desde el mirador del Cerro de la Campana en Hermosillo, mientras no tres ni cuatro, sino 89 camarógrafos y 27 mil fotógrafos captan la imagen de un pueblo entero reunido a las faldas del cerro, vitoreando los logros y alcances, lo histórico y lo inédito de este gobierno.
Claro, nunca faltará un pinche fotógrafo enemigo del progreso, que documente gráficamente el cerco policiaco tendido alrededor del cerro, para que no suba nadie más que los invitados especiales y debidamente acreditados.
Pero esas son minucias. Lo importante es el ‘control de medios’…
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